Platon, el fotógrafo de retratos de líderes mundiales y grandes personalidades
El fotógrafo de retratos Entre las lecciones básicas que te pueden dar a la hora de realizar un retrato, una de las más habituales
será que coloques la cámara a la altura de los ojos y utilices una longitud focal larga.
Con ello conseguirás un aspecto más natural de la persona.
Pero, ¿qué sucede cuando el fotógrafo decide saltarse esta regla tan habitual y clásica?.
El resultado se convierte en desconcertante, extraño y curioso. Lo que para muchos pudiera ser un error o
una impericia técnica, otros lo erigen en un sello personal que les identifica y les diferencia como fotógrafos.
Así ocurre con el británico Platon (Platon Antoniou, de origen griego, nacido en 1968), célebre ya gracias a sus
portadas para Time, Wired, The New Yorker y Esquire, entre otras.
Platon coloca la cámara muy abajo, donde nadie se había atrevido a llegar para retratar a grandes líderes
y personalidades mundiales, desde una distancia próxima, sirviéndose para ello de un objetivo gran angular,
con la consiguiente distorsión de las extremidades.
De esta manera ha realizado alguno de sus retratos más conocidos, como el del presidente ruso,
Vladimir Putin, portada de la revista Time, y que le valió un premio World Press Photo en 2008.
Es evidente que un estilo tan radical no a va despertar un aplauso unánime, pero es atrevido, original dentro de lo que podríamos englobar como retrato editorial, y el impacto, importante para distinguir una portada del resto, está garantizado.
Nació en Londres en 1968. Fue criado en Grecia por su madre inglesa y su padre griego. Acudió a la St. Martin’s School of Art y al Royal College of Art, donde uno de sus profesores y mentores fue el fotógrafo John Hinde.
A pesar de haber publicado en Vanity Fair, Esquire, GQ, el Sunday Times Magazine, a Platon lo une 20 portadas con la revista Time. En 2007, por ejemplo, el retrato al primer ministro ruso Vladimir Putin que ocupó la portada de la revista le valió el primer premio en el concurso World Press Photo.
Luego de esa experiencia, decidió emprender un proyecto que consistía en retratar a la mayoría de presidentes, sin importar su filiación política, ideológica o religiosa.
Según declaró a EFE, gracias a este proyecto tuvo oportunidad de “establecer diferencias entre los líderes, quienes se encontraban más desconfiados ante la cámara y las lideresas, como la expresidenta chilena (ahora reelecta) Michelle Bachelet, con más soltura y seguridad al momento de posar”.
“Cada lágrima enseña a los mortales una verdad”, decía el filósofo griego. Y cada imagen bien realizada, perpetrada en el momento exacto y capturada con la sensibilidad que debe caracterizar a un buen fotógrafo, también. Así lo demuestra el Platón británico.
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